Tanto sueño y tanta ilusión
a punto de reventar,
-así, cualquier conversación
estaya en la barra del bar:
-Te quiero.
-¿Qué??
-Lo que oyes: quiero té, Mariano.
-Ah, pensaba...
-No, no pienses. Es todo ficcional. Incluso el té con limón.
-Chico, la vida es jauja y tías buenas.
-Eso creía yo, cabrón.
-Vete a llorarle al cura, cierrabares tontaina.
-Mejor bebo cerveza y pienso en ella.
-Marica, marica, maricón...
-Calla, Mariano, calla. Si me concentro, escucho su voz.
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