sábado, 3 de septiembre de 2011

Batidos de chocolate y otros placeres lentos



Se escabullen deprisa los minutos
en esta tarde sabática
de un sábado cualquiera de septiembre.
Parece mentira cómo giran nuestras vidas
en torno a medio churro
olvidado en el plato,
y somos como dos vasos vacíos
de batido de chocolate
y sendas pajitas verdes.
Todo pasa, y sin embargo
seguimos aquí, sentadas,
-repantingadas, en este sofá marrón-
imaginando qué escribirá la mano
del señor estirado con bigote.
Ya solo esperamos,
con nuestros sueños miopes
al veterano camarero
que viste uniforme blanco,
¿cuándo nos traerá la cuenta?
¿dónde se habrá dejado el barco...?
Demasiados interrogantes sobran
en este café decandentista
-tan comercial en el pasado-
de la glorieta de Bilbao
donde palpita la Historia (con mayúsculas)
y otros muchas historias pequeñitas
de personajes de libro
que aquí, como nosotras, se citaron.

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