viernes, 18 de noviembre de 2011

Meditacciones






A veces pienso que si pudiera


me sacaría el corazón del pecho


y lo pondría a secar al sol


sin pinzas en los extremos:


tal vez así se lo llevase este huracán


de nubes y hojas amarillas


que es mi vida y la tuya, y la suya,


y la de tantos, muchos otros...


esos que pasean su malestar por las calles


y en vez de recibir aplausos,


o palmaditas de apoyo en la espalda,


son perseguidos por aquellos


que dicen ser honrados ciudadanos


y llevan a sus hijos a la escuela


donde las víctimas trabajan.


-No tenemos miedo-


reza en todos sus pancartas,


y me lo creo:


porque tienen soles pintados a golpes


en sus brazos cansados,


porque tienen tantas estrellas en los ojos


que no pueden cerrarlos


y dejarse llevar por la riada

de insensatez y desvaríos


que exhiben los políticos en campaña.



Por eso, si pudiera hacerlo,


juro que dejaría el corazón tendido


a modo de sábana en la terraza,


para que todos admirasen


sus costuras mal hiladas y los agujeros


que el tiempo va horadando a cada paso


en su blanca superficie:


será que las heridas sangran


de manera muy queda y sosegada,


será que este país se despereza


con ojos resacosos


después de una larga borrachera


apenas percibida de unos pocos.


Volvamos a vivir y


volvamos a salir de la cama:


-vomitemos la verdad para quedarnos a gusto,


queridos españoles de a pie,


estupendos vagos.

1 comentario:

  1. ¡Oh Gema! Esta poesía me parece que está muy lograda, transmite mucho, y además ideas concretas :D
    Yo también, si pudiera, tendería mi corazón al Sol para que todos vean cómo soy y cómo pienso, pero como tú bien dices... tendremos que conformarnos con "vomitar la verdad"

    Un saludo

    PD. soy Laura la amiga de Clara

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